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lunes, 23 de abril de 2012

Einstein El panteista y "Dios no juega a los dados"


Einstein y "Dios no juega a los dados" 

"Albert Einstein creía en Dios. ¿Te crees más listo que él?

Einstein comentó una vez que "Dios no juega a los dados [con el universo]". Este comentario es mencionado usualmente para demostrar que Einstein creía en el Dios cristiano. Usado de esa manera, está fuera de contexto; se refiere a la negativa de Einstein a aceptar algunos aspectos de las interpretaciones más populares de la teoría cuántica. Además, el trasfondo religioso de Einstein era judío y no cristiano.

Una mejor cita de lo que Einstein pensaba de Dios es la siguiente:

"Creo en el Dios de Spinoza, que se muestra en la ordenada armonía de lo que existe; no en un Dios que se ocupa de los destinos y actos de los seres humanos."
Einstein reconoció la teoría cuántica como el mejor modelo científico para los datos físicos disponibles. No aceptó las aseveraciones de que la teoría estaba completa, o que la probabilidad o el azar eran una parte esencial de la naturaleza. Él creía que una teoría mejor y más completa debía ser descubierta, que no tuviera necesidad de interpretaciones estadísticas o el azar.

Hasta ahora, tal teoría nunca fue descubierta y hay motivos para pensar que nunca lo será.

Una cita más larga de Einstein aparece en "Ciencia, Filosofía y Religión, un simposio", publicado por la conferencia sobre Ciencia, Filosofía y Religión en relación al Modo de Vida Democrático, Inc., Nueva York, 1941. En él, dice:

Cuanto más imbuído esté un hombre con la ordenada regularidad de todos los eventos, más firme es su convicción de que no hay lugar, del lado de esta ordenada regularidad, para las causas de una naturaleza distinta. Para él, ni las reglas humanas ni las reglas divinas existirán como causas independientes de los eventos naturales. De seguro, la doctrina de un Dios personal que interfiere en eventos naturales jamás podrá ser refutada [cursiva original] en el sentido real, por la ciencia, por que su doctrina puede siempre refugiarse en los dominios en que el conocimiento científico no pudo aún posar el pie.
Pero estoy convencido que tal comportamiento de parte de los representantes de la religión no solamente es inadecuado sino también fatal. Una doctrina que se mantiene no en la luz clara sino en la oscuridad, perderá necesariamente su efecto en la humanidad, con un daño incalculable al progreso humano. En su lucha por el bien ético, los maestros de religión deben renunciar a la doctrina de un Dios personal, esto es, renunciar a la fuente de miedo y esperanza, que en el pasado puso un gran poder en manos de los sacerdotes. En su labor, deben apoyarse en aquellas fuerzas que son capaces de cultivar el bien, la verdad y la belleza en la misma humanidad. Esto es de seguro, una tarea más difícil pero incomparablemente más meritoria y admirable.

Einstein también dijo:

Era, por supuesto, una mentira lo que se ha leído acerca de mis convicciones religiosas; una mentira que es repetida sistemáticamente. No creo en un Dios personal y no lo he negado nunca sino que lo he expresado claramente. Si hay algo en mí que pueda ser llamado religioso es la ilimitada admiración por la estructura del mundo, hasta donde nuestra ciencia puede revelarla.

La cita de arriba es de una carta que Einstein escribió en inglés, fechada el de marzo de 1954. Está incluida en " Albert Einstein: su lado humano" (en inglés), editada por Helen Dukas y Banesh Hoffman, y publicada por Princeton University Press. También de ese libro:

No creo en la inmortalidad del individuo, y considero que la ética es de interés exclusivamente humano, sin ninguna autoridad sobrehumana sobre él.


Para Reaclarar La Postura de Albert Einstein  Sobre Dios:


El Era Panteista:  Una carta escrita por el mismo Einstein en 1954 (la cual fue incluida en el libro Albert Einstein: The Human Side) dice: 

Por supuesto era una mentira lo que se ha leído acerca de mis convicciones religiosas; una mentira que es repetida sistemáticamente. No creo en un Dios personal y no lo he negado nunca sino que lo he expresado claramente. Si hay algo en mí que pueda ser llamado religioso es la ilimitada admiración por la estructura del mundo, hasta donde nuestra ciencia puede revelarla. [...] No creo en la inmortalidad del individuo, y considero que la ética es de interés exclusivamente humano, sin ninguna autoridad sobrehumana sobre él.
Albert Einstein

La palabra Dios no es más que la expresión y el fruto de la debilidad humana, y la Biblia, una colección de honorables leyendas primitivas, las cuales, no obstante, son bastante pueriles.

Para mí, la religión judía, como las demás, es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judío, al que estoy contento de pertenecer y con el que tengo una profunda afinidad, no es diferente del resto.

No puedo concebir un Dios que premia y castiga a sus criaturas, o que tiene voluntad, tal como la tenemos nosotros. Tampoco quiero ni puedo concebir que un individuo sobreviva a su muerte física: Dejad a los espíritus débiles atesorar estos pensamientos, movidos por el miedo o absurdo egoísmo.

El deseo de ser guiado, amado, y apoyado, se expresa en los hombres en su concepción social y moral de Dios… el hombre que está convencido del funcionamiento universal de la ley de la causa no puede entretenerse en la idea de un ser que interfiere en el curso de los acontecimientos… un Dios que premia y castiga no es concebible para él.

Durante la infancia de la evolución espiritual humana, la fantasía creo a Dios a la imagen del propio hombre. La idea de Dios en el pensamiento religioso es una sublimación del viejo concepto de los dioses. En su lucha por el bien ético, los profesores de religión deben tener la estatura de abandonar la doctrina de un Dios personal.

Me parece que la idea de un Dios personal es un concepto antropológico que no puedo tomarme en serio.

No puedo imaginarme un Dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propóstos están modelados según los nuestros; un Dios, por decirlo brevemente, que no es sino el reflejo de la fragilidad humana. Tampoco puedo creer en un individuo cuya vida sobrevive a su cuerpo, a pesar de que almas débiles mantienen semejantes cosas por miedo o un egoísmo ridículo.

La Carta por Albert Einstein en enero de 1954, un año antes de su muerte, es eslabón más en la cadena de pruebas de que Einstein no era un creyente religioso como lo declararon los supernaturalistas. La carta escrita con su puño y letra, destinada a el filósofo Eric Gutkind, describe la idea de Dios como "producto de la debilidad humana" y la Biblia como "demasiado infantil" y esto pone fin a todos los intentos para retratar al ilustre pensador como un defensor de la fe religiosa

El profesor Dawkins, famoso biólogo británico y Asociado Honorario de Rationalist International, ha sido la persona que más ha hecho por clarificar la postura de Einstein sobre la religión. En su libro The God Delusion, explica que Einstein, quien se hacía llamar "un profundo no-creyente religioso" y que cuando ocasionalmente invocaba a Dios, se refería a algo totalmente diferente de lo que comúnmente entendemo por ese término. "La religión de Einstein" claramente excluía cualquier idea de lo supernatural, por el contrario, era una expresión de reverencia panteísta.

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"Los panteístas no creen para nada en un Dios sobrenatural, pero usan la palabra Dios como un sinónimo no-sobrenatural de la Naturaleza, o Universo, o las leyes que gobiernan su funcionamiento. Los deístas difieren de los teístas en que el Dios deísta no responde a las plegarias, no está interesado en los pecados o en las confesiones, no lee nuestros pensamientos y no interviene caprichosamente con milagros. Los deístas difieren de los panteístas en que su Dios es un tipo de inteligencia cósmica, más que la metáfora panteísta o el sinónimo poético de la ley del universo. El panteísmo es un ateísmo sazonado. El deísmo es un teísmo suavizado".

"Existen todas las razones para suponer que los famosos Einsteinísmos 'Dios es sutil pero no malicioso' o 'Él no juega con los dados' o '¿Tenía Dios elección de crear este Universo?' son panteísmos, no deísmos, y ciertamente no teísmos. Einstein utilizó 'Dios' de una manera puramente metafórica y poética. De igual manera la hizo Stephen Hawking, y muchos de los físicos que ocasionalmente utilizan las metáforas religiosas."

Dawkins cita los escritos del propio Einstein sobre la religión: "sentir que detrás de lo que puede ser experimentado hay algo que nuestra mente 'no puede entender' y cuya belleza y sublimación nos llega únicamente de manera indirecta y como débil relejo... ésto es la religiosidad. En ese sentido soy religioso."

"En este sentido", agrega Dawkins, "Yo también soy religioso, con la reserva de que 'no puede entender' no significa forzosamente 'nunca lo podrá entender'. Pero prefiero no llamarme religioso porque puede ser confuso. De hecho, es destructivamente confuso porque, para la mayoría de la gente, 'religión' significa 'sobrenatural'. Carl Sagan bien lo dijo "... si por 'Dios' uno quiere decir el conjunto de reglas que rigen el universo, entonces claramente existe tal Dios. Este Dios es poco satisfactorio emocionalmente... no tiene mucho sentido rezarle a la ley de la gravedad" -Andres-